7 prácticas que NO nos protegen del sol
Hay varias opciones cuando se trata de pasar tiempo bajo el sol: Algunas personas se dirigen a la playa con el único propósito de ponerse morenas (admito que yo fui una de esas en el pasado), mientras que otras van armadas con sombreros, protectores solares y sombrillas para ayudar a evitar la exposición a los rayos ultravioleta.
Con la información que tenemos ahora sobre la contribución de la exposición al sol al cáncer de piel y al fotoenvejecimiento (es decir, al envejecimiento prematuro que le ocurre a la piel por la exposición repetida a la radiación UV), no cabe duda de que lo más sensato es optar por la segunda opción.
La mayoría de las personas, sin embargo, se encuentran en algún lugar en el medio del espectro, queriendo proteger su piel del sol, pero quizás sin saber realmente qué productos y estrategias ofrecen la mejor protección.
Cogen cualquier producto con FPS en el envase, lo aplican ocasionalmente y esperarán que los terribles efectos del sol no les afecten.
El problema es que no todos los productos y prácticas de protección solar se crean de la misma manera, lo que podría conducir a una falsa sensación de seguridad, y podrías terminar quemado, o incluso con unas cuantas papeletas para tener un cáncer de piel en algún momento.
Por eso es importante saber determinar qué es lo que realmente nos protege del sol, y lo qué no. En este artículo vamos a descubrir 7 prácticas y productos que definitivamente NO protegen completamente tu piel del sol, y en los que no deberías confiar únicamente para mantener tu piel completamente segura este verano.
Es muy recomendable seguir las indicaciones de los dermatólogos para no llevarnos sustos.
Conoce las acciones y productos que NO ayudarán a proteger la piel del sol
Como os decía, no siempre hay que creer todo lo que vemos por ahí, hay cosas que se hacen o se venden y ya se conoce que no es la mejor de la ideas, pero a veces no tenemos esa información o simplemente estamos confundidos.
Es por este motivo por el cual quiero hablaros de las prácticas más populares o frecuentes y que resultan que no son para nada buenas.
Protectores solares orales
Puede sonar como una forma muy conveniente de proteger la piel, te tomas una pastilla al día y te olvidas de pringarte las manos con la crema, de que la arena se te pegue porque tienes la piel pegajosa, o de ese halo blanquecino que te queda.
Pero lo cierto es que no se ha comprobado que estos suplementos orales sean seguros y efectivos como métodos de protección solar, algo sobre lo que la FDA advirtió recientemente a los consumidores en un comunicado de prensa.
Lo que venía a decir el comunicado, es que estos productos pueden poner en riesgo la salud de las personas al dar a los consumidores una falsa sensación de seguridad de que un suplemento dietético puede prevenir las quemaduras solares, reducir el envejecimiento prematuro de la piel causado por el sol o protegerlos de los riesgos de cáncer de piel.
Esto no quiere decir que ciertas vitaminas no tengan algún valor en lo referente a la protección.
Un estudio en el New England Journal of Medicine mostró que la vitamina B3 (nicotinamida) puede reducir el riesgo de cáncer de piel no melanoma en aquellos con antecedentes de carcinoma, y que el extracto del helecho Polypodium Leucotomos podría tener propiedades antioxidantes beneficiosas para la piel después de la exposición al sol.
Pero no hay que olvidar que estos tipos de suplementos son solo un complemento de otras formas probadas de protección solar, no como sustitutos de los mismos.
Continua utilizando lo que se ha comprobado que ayuda a mantener la piel segura y saludable: la sombra, evitar las horas críticas del día, cubrirse con ropa y sombreros, y aplicar protector solar FPS 50+ de amplio espectro en las áreas expuestas antes de salir al exterior.
Aplicar solamente una capa de protector solar en casa, antes de ir a la playa
Las fórmulas de amplio espectro FPS 30+ protegen durante sólo unas dos horas, o menos si has estado bañándote o sudando. Además, esas dos horas se cuentan desde el momento en que te lo aplicas, no desde que te expones al sol.
Por eso, las reaplicaciones frecuentes son la clave para una piel segura bajo el sol. Así que si te pones la crema en casa, luego viajas hasta la playa, y además te tomas algo por el camino, antes de que te tumbes en la toalla deberías aplicarte otra capa de protección.
Si vas a estar expuesto al sol durante varias horas, vuelve a aplicar la crema solar a intervalos regulares para renovar la protección.
Aquí tienes una guía de cómo aplicarlo correctamente para cubrir el rostro de forma segura.
Utilizar el protector solar del año pasado, o el que has encontrado en la parte de atrás del armario
El calor y la luz pueden degradar los ingredientes que filtran los rayos UV. Es irónico, pero los filtros químicos que protegen contra la luz UVA, como la avobenzona, tienden a descomponerse más rápidamente bajo el sol; y además, todos y cada uno de los ingredientes de los protectores solares se degradan con la luz y el calor.
Por eso se recomienda guardarlos en un lugar fresco y oscuro. Si no lo has hecho así, te recomiendo que te deshagas de tu producto y compres otro, pues puede que no tenga ninguna validez.
Asimismo, si encuentras la crema en la parte posterior del armario, o en una bolsa de playa vieja, asegúrate de comprobar la fecha de caducidad. Todos los envases deben tener indicado por lo menos el periodo de vida útil una vez que está abierto (es el símbolo del tarro abierto).
Si este ya ha pasado su punto álgido, no hay garantía de que pueda proporcionar el nivel de protección que se indica en la botella.
También hay una opción de hacer protectores solares caseros, que aunque es cierto que no suelen ser tan efectivos y seguros, se puede hacer un solar bastante interesante.
Tu maquillaje con FPS de 30
El FPS presente en la base de maquillaje, corrector, polvo, o BB cream puede ofrecer una protección adicional; pero a menos que vuelvas a aplicarlo cada dos horas, no será suficiente para proteger eficazmente contra el daño solar.
La cantidad de protección que obtenemos de un producto varía ampliamente según el número de FPS, la textura, el grosor y la cantidad de ropa que usamos. Esta regla se aplica también a la protección solar: si se aplica una fina capa de filtro solar, es posible que no estés obteniendo el nivel completo de FPS indicado en el frasco.
La mayoría de los adultos sólo se aplican de un cuarto a la mitad de la cantidad recomendada de protector solar, eso cuando se lo ponen. Por la misma razón, no debes confiar en el FPS que estás recibiendo cuando te aplicas el maquillaje.
Es mejor aplicar antes la crema solar FPS 30+ de amplio espectro (o una crema hidratante diaria enriquecida con FPS 30+ de amplio espectro), seguido del maquillaje. Y si vas a estar bajo el sol por un tiempo prolongado, tendrás que volverlo a aplicar a intervalos regulares.
Los protectores en polvo pueden ayudarte a reaplicarlo fácilmente encima del maquillaje. O bien, utiliza un sombrero de ala ancha para ocultar tu cara del sol.
El pelo te protege del sol
No hay duda de que una buena cabellera puede proteger el cuero cabelludo del sol. Pero incluso para los que tienen abundante pelo, la parte de la nuca y las orejas son sitios que a menudo se dejan expuestos.
Los dermatólogos observan regularmente pre-cánceres y cánceres de piel, incluyendo melanoma, en estas zonas. Por eso, es importante que te cubras con un sombrero o pañuelo, que es la protección ideal para estas zonas.
No prestarle importancia al sol que entra por las ventanas
La luz UVA puede filtrarse a través de las ventanas, por eso, es importante seguir protegiéndose cuando vamos conduciendo en coche (sobre todo si hacemos viajes largos), si trabajas tras una cristalera, o incluso si estás en casa cerca de las ventanas y sin las cortinas corridas.
Algunas prendas de vestir
Las camisetas blancas, las telas de gasa y los caftanes son prendas muy ligeras, pero no se puede confiar en que ofrezcan mucha protección frente al sol. Por ejemplo, una camiseta blanca fina ofrece un FPS de sólo cinco, y si se moja, ese número puede bajar a tres, lo que no es suficiente para protegerse contra el daño de los rayos ultravioleta.
Es mejor utiliza ropa con factor de protección solar alto, que son mucho más seguras, ya que han sido probadas para demostrar que ofrecen una excelente protección contra los rayos UV.
Como alternativa, hay ciertos detergentes que pueden mezclarse con la ropa para aumentar temporalmente el nivel de protección de la ropa.
Un estudio realizado en 2004 por la Universidad de Nebraska-Lincoln, demostró que el detergente aumentaba drásticamente el factor de protección ultravioleta tanto en los tejidos de algodón como en los de mezcla de algodón y poliéster después de un lavado, y se espera que la protección dure unos 20 lavados.
Estos métodos son un poco más sencillos que aplicar protector solar por todo el cuerpo antes de ponerse la ropa encima ¿no crees?
Y ahora que ya sabes lo que NO te protege del sol, te voy a enseñar una lista de productos qué si lo hacen y que coinciden con los mejores solares del mercado.